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Sergio Rodríguez-Ballesta Sánchez

El pasado 17 de julio comenzó una estancia de observación en la Free University of Bozen-Bolzano/ Freie Universität Bozen/Libera Università di Bolzano, que se extendería a lo largo de esa semana. El hecho de nombrar esta institución en inglés, alemán e italiano refleja la esencia de la misma. Se trata de una institución público privada que exige al alumnado para su ingreso estar en posesión de, como mínimo, el nivel B1 en 2 lenguas (alemán, italiano o inglés) y la tercera sin requisito de nivel, pero en la que un año después se debe haber alcanzado el nivel B1 para poder continuar los estudios. Esto se traduce en el hecho de ser la única universidad de Italia en la que se egresa con una alta cualificación en las tres lenguas comentadas, como complemento a los estudios cursados que van desde la Ingeniería a las Ciencias de la Educación, pasando por el grado en Turismo.

Lo primero que puede llamar la atención es la decisión de visitar ese centro y no otro. Cuando decidí participar de nuevo en el programa Erasmus +, pensé que sería muy interesante conocer aquellas zonas de Europa en las que se hablaba alemán sin estar dentro de los estados tradicionales de lengua alemana (Alemania, Austria). Pensé inmediatamente en esta zona Trentino-Alto Adigio/Südtirol en alemán. Nuestra vicedirectora Nina Vocilka, coordinadora del programa Erasmus + de la escuela  junto con el Jefe de Estudios, Daniel Miralles, se pusieron en contacto con el coordinador del centro de idiomas de la Universidad, Dietmar Unterkofler y a partir de ese momento todo fueron facilidades. Esta región que formó parte del Imperio Austrohúngaro hasta la derrota del mismo en la 1ª Guerra Mundial se caracteriza por un uso mayoritario de la lengua alemana conforme nos acercamos a la frontera de Austria, si bien es cierto que en la ciudad de Bozen/Bolzano el italiano representa un 80% frente al 20% restante. Esta ciudad refleja una perfecta fusión entre las dos culturas si se observa como un visitante, pero cuando se pregunta a los compañeros se observa que no existe una verdadera fusión-inclusión, sino que se debería hablar mejor de convivencia. Es significativo que la escolarización se haga en centros diferenciados (centros en lengua alemana/centros en lengua italiana) y no mixtos. Como docente de una comunidad bilingüe que trabaja en una ciudad de predominio lingüístico castellano conocer esta región y como convivían ambas lenguas a la que se añade un dialecto propio, resultaba más que interesante.

La acogida por parte de los compañeros fue desde el principio insuperable. Tuve la posibilidad de conocer los tres campus de la universidad ubicados en las ciudades de Bozen/Bolzano, Brixen/Bressanone y Brüneck/Brunico, que si bien estaban bastante separados en la distancia, lo cierto es que la comunicación por tren era bastante buena.

En la sede de Bozen entre en contacto con  Dietmar (coordinador) que me presentó a Alice, profesora estable junto a este último y responsable del grupo de B2 que a finales de esa semana se examinaba del nivel. Se trataba de un grupo reducido, bastante homogéneo respecto al nivel de cada uno de ellos; cabe destacar el buen anclaje en el nivel que observé en todos los grupos de los distintos niveles y sedes, aspecto este que en mi anterior estancia en Berlín el curso pasado no observé. La motivación y participación era francamente alta lo que hacía realmente sencilla la tarea de la compañera.

En Brixen y Brüneck el nivel impartido era B1 y allí conocí a Vemke y Dietmar respectivamente. El grupo de Brixen era el más numeroso y el de Brüneck, francamente reducido.

En general no observé una metodología distinta a la utilizada normalmente por nosotros en las Escuelas Oficiales de Idiomas pero me llamó la atención, precisamente porque este aspecto genera muchos debates en el seno de nuestra institución, a diferencia de ellos donde no se cuestionaba, que en las clases también se preparaba profusamente el examen final, pues resultaba obvio que el alumnado tenía que enfrentarse a esa prueba. En ocasiones no ocurre así con nuestro alumnado lo cuál exige por nuestra parte mucha versatilidad para dar respuesta a la heterogeneidad de nuestros grupos.

También me quedo con las clases en Tandem impartidas por Marco, Alice y Daniele donde se agrupaban estudiantes de alemán y de italiano que dedicaban la mitad de la clase a trabajar la expresión oral y escrita en cada una de las lenguas. Creo que podría ser un aspecto a incorporar en nuestro centro con el fin de motivar a nuestro alumnado en el estudio de otra lengua más.

Me traigo del Tirol del Sur la profesionalidad y hospitalidad de los compañeros; su admiración por la existencia de una institución pública como la Escuela Oficial de Idiomas y su sorpresa por la poca promoción en el resto de Europa por parte de las autoridades españolas y finalmente, como no puede ser de otra manera, me traigo su paisaje que indudablemente me acompañará para siempre.

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